Que suerte! que Dios se encarga siempre de rompernos un pocos nuestros planes, porque si bien estas vacaciones sola con mis dos chicos me las tome a la fuerza y con la frustacion de no haberlas podido planear, ha sido una experiencia , que empezo pesada y dolorosa pero termino siendo deliciosa.
Digamos que estos ultimos dias me recordaron: porque estoy enamorada de mis hijos.
Cada minuto con ellos es mi fiesta privada...